lunes, 4 de noviembre de 2013

La política fiscal un lastre para el crecimiento

El Economista

La política fiscal, un lastre para el crecimiento

4 Noviembre, 2013 - 19:54
CREDITO: 
Enrique Campos Suárez
Deben entender en el gobierno federal que cualquier mexicano que tenga al menos 40 años, recuerdacómo vivió en carne propia las crisis derivadas de la irresponsabilidad fiscal de las administraciones de aquellos tiempos.
Por eso, no somos pocos los que escuchamos aquello del aumento del déficit fiscal y recordamos las inflaciones altas, las devaluaciones, las recesiones derivadas del gasto irresponsable y el sobreendeudamiento.
Incluso, mexicanos más jóvenes, pero bien enterados, saben de aquellas crisis recurrentes o entienden qué es lo que llevó a Grecia o a España a la crisis en la que están.
Con esto en la mente, no es difícil entender por qué la treintena de analistas del sector privado, que consulta mensualmente el Banco de México, tiene muy bien ubicado el tema fiscal como uno de los principales lastres para el crecimiento deseado en el futuro.
No hay duda de que la debilidad de la economíaexterna se ha mantenido y habrá de mantenerse como el principal obstáculo para el crecimiento económico. Estados Unidos se autoimpone piedras en el camino, Europa apenas asoma la cabeza desde el sótano de la recesión, China tiene amenazas de burbujas internas y la mayor parte de los mercados emergentes viven con la inminencia de las turbulencias financieras.
La medicina en contra de ese entorno incierto tendría que aplicarse vía, las hasta ahora ausentes, reformas estructurales. En la encuesta del Banxico, levantada apenas la semana pasada, los 35 grupos de análisis económico, tanto nacionales como extranjeros, pusieron los reflectores de alerta en los temas domésticos.
De hecho, 66% de la preocupación de los analistas corresponde a problemas internos. De los temas exteriores, además de la debilidad económica, la inestabilidad financiera internacional tiene alguna preocupación para los expertos.
Pero lo que más angustia de la parte interna es la política fiscal que se está instrumentando y, a diferencia de la economía mundial, este sí es un factor que se ha descompuesto por decisiones internas.
Poco les gustó a los expertos que consulta el Banxico el paquete de impuestos diseñado para encajar más la espada fiscal en los particulares para aumentar el gasto, cuyo ejercicio es nebuloso.
Aumentar impuestos directos e indirectos es lamejor receta recesiva para la Iniciativa Privada, pero lo que más angustia a los financieros -además de la carga fiscal adicional-es el aumento en el endeudamiento público.
El déficit permitido de 1.5% para el próximo año, más los compromisos financieros adquiridos, anticipan un déficit con respecto al Producto Interno Bruto, quizá superior a 4.1 por ciento. Un porcentaje de espanto más por los antecedentes de esta economía que por la desconfianza en la pericia que pudieran tener los financieros del gobierno actual.
Así lo tiene que entender Hacienda, como una preocupación legítima y bien sustentada, como el producto del trauma financiero que tenemos millones de mexicanos. No como ganas de molestar a los funcionarios de Hacienda o de Los Pinos.
Una primera y muy buena oportunidad para mejorar la percepción de lo que viene para la economía mexicana está en la discusión del presupuesto. Un gasto no desperdiciado y bien vigilado, a la par de un compromiso, desde ahora, sobre la manera en que se pagarán las deudas que ya se empiezan a contratar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario