La cena filantrópica de los 600,000 mdd
Warren Buffett y Bill Gates juntaron a multimillonarios de EU en una reunión secreta... hasta hoy; una campaña para convencer a los hombres más ricos del mundo a donar el 50% de sus fortunas.
(Foto: Cortesía Fortune)
Al salir a la luz estas reuniones, ningún medio pudo explicar qué se había discutido a profundidad en ellas hasta ahora. (Foto: Cortesía Fortune)
Descubre cuál es la relación que tienes con el dinero. (Foto: Jupiter Images)
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Por: Carol J. Loomis
Hace sólo un año, en mayo de 2009, se dijo que dos de los hombres más ricos de Estados Unidos, Bill Gates y Warren Buffett, habían organizado una cena confidencial para reunir a multimillonarios en la ciudad de Nueva York. Se dijo que David Rockefeller fue uno de los anfitriones, y que el alcalde Michael Bloomberg y Oprah Winfrey estaban entre los asistentes. La filantropía fue el tema principal de la cena.
Aunque la prensa se los pidió, Buffett y Gates no dieron explicaciones, pero eso no alejó el interés de los medios por saber qué ocurrió durante la reunión: The Chronicle of Philanthropy lo llamó algo "sin precedentes", ABC News y el Houston Chronicle lo llamaron "clandestino". Periódicos y estaciones de radio especularon al respeto, pero Patty Stonesifer, ex presidenta ejecutiva de la fundación Bill & Melinda Gates Foundation, combatió los rumores. Dijo alSeattle Times que el evento se trató de un grupo de amigos y colegas "que discutieron sus ideas" sobre la filantropía.
Y así fue, pero la discusión (que será descrita por primera vez en este artículo) tiene el potencial para cambiar drásticamente el comportamiento filantrópico de los estadounidenses, incluyendo las cantidades que donan. En la cena, Gates y Buffet dieron inicio a la mayor recaudación de fondos en la historia. Dieron la bienvenida a todo tipo de donadores, pero su objetivo directo son los multimillonarios, pues esperan que ellos donen enormes cantidades para obras de caridad. Pero su deseo no fue enmarcado matemáticamente en la cena, sino en otras dos: quieren que los personajes más ricos de Estados Unidos, comenzando con la lista de Forbes de Los 400 estadounidenses más ricos, prometan donar al menos el 50% de su valor neto a obras de caridad en vida o después de su muerte.
Sin duda, su plan podría elevar las cantidades que van a la filantropía, aunque el tamaño podría ser algo complicado de definir. Ésta es la primera vez que se da a conocer lo que Buffet, Melinda y Bill Gates intentan hacer: en los últimos meses, Fortune entrevistó a los tres líderes del proyecto mientras éste se desarrollaba, al igual que a un grupo de multimillonarios que se sumaron a la campaña Gates/Buffett.
En cierta forma, este artículo hace eco a otras dos historias de Fortune que presentaron a Buffett en la portada; la primera, publicada en 1986, se llamaba "¿Deberíamos dejar todo a los niños?" A eso, Buffet respondió "No". El segundo artículo, publicado en 2006 y bajo el título "Warren Buffett lo regala todo", dio a conocer la intención de Buffett por gradualmente dar toda su fortuna de Berkshire Hathaway a cinco fundaciones, la más grande de ellas, la fundación Bill & Melinda Gates Foundation.
Desde entonces, en cuatro años de contribuciones, Buffett ha dado a la fundación 6,400 millones de dólares, sin contar el regalo de 2010, que hará este verano. La fundación ha combinado los donativos de Buffett y los enormes regalos de los Gates para elevar su nivel de donar 3,000 millones de dólares al año, una gran parte para atender la salud de todo el mundo. Un ejemplo es Medicines for Malaria Venture, fuertemente financiada por la Fundación Gates; se alió con la compañía farmacéutica Novartis para desarrollar pastillas contra la malaria de sabor agradable y distribuirlas en 24 países a millones de niños, que son las principales víctimas de la enfermedad.
Otro hecho sobre el artículo de Buffett de 2006 es que fue escrito por mí, Carol Loomis, editora de Fortune. Además, llevamos una amistad de mucho tiempo y edito sus cartas anuales a sus accionistas. A través de él, mi esposo, John Loomis, y yo, conocimos a Melinda y a Bill Gates, e incluso nos hemos reunido para jugar canasta.
Entonces, la pregunta sobre lo que la filantropía podría ganar de la propuesta de Gates y Buffet es un misterio: no se sabe cuánto darán los estadounidenses más ricos. La mayoría de ellos no lo ha dicho, y no se pueden hacer cálculos. La lista Forbes 400, en un intento valiente, hace la mejor estimación tanto de los participantes como de su valor neto. Buffett dice que conoce a dos accionistas de Berkshire que deberían estar en la lista pero no ha sido así. Y como Gates lo resume: "la lista (de Forbes) es imprecisa".
Con esos calificadores, la revista dio a conocer el valor neto en 2009 de los integrantes de Forbes 400: cerca de 1.2 billones de dólares. Si esos 400 dieran la mitad de su valor neto en vida o después de su muerte, el total sería de 600,000 millones de dólares. Y esa es la cantidad colosal mínima que Buffett y Gates planean recaudar.
¿Quiénes asistieron a la cena?: De izquierda a derecha: Bill Gates, Oprah Winfrey, Warren Buffett, Eli and Edythe Broad, Ted Turner, David Rockefeller, Chuck Feeney, Michael Bloomberg, George Soros, Julian Robertson, John and Tashia Morgridge, Pete Peterso. (Imagen Cortesía de Fortune).
Dejando de lado a Forbes 400 y revisando el Servicio de Ingresos Internos de las aportaciones anuales y los impuestos estatales, podemos explicar lo lejos que están los ricos de esa cifra. Hablemos de los estadounidenses como grupo: Estados Unidos supera al resto de los países en generosidad filantrópica, pues anualmente hace donaciones de 300,000 millones de dólares.
Una parte de esa cantidad se reporta como deducciones caritativas en las declaraciones fiscales individuales, pero los contribuyentes con bajos ingresos no lo hacen por artículo sino que optan por hacer deducciones estándar. En los niveles de ingresos más altos, la información de donativos empieza a significar algo. La información más reciente disponible es de 2007: los 18,394 contribuyentes individuales que tuvieron ingresos brutos de 10 millones de dólares o más, informaron haber realizado aportaciones de caridad de 32,800 millones de dólares, o 5.84% de sus ingresos de 562,000 millones de dólares.
¿Y los multimillonarios? Las estadísticas de Hacienda Pública (IRS por sus siglas en inglés) han mostrado por casi dos décadas las 400 aportaciones fiscales más grandes. La decisión del Gobierno de analizar a este número particular de ciudadanos puede o no aparecer en la lista de Forbes. De cualquier forma, los dos grupos de 400 no son iguales, porque la información del IRS analiza los ingresos, no el valor neto.
La información del IRS de 2007 muestra que los 400 contribuyentes más fuertes tuvieron un ingreso total ajustado de 138,000 millones de dólares, y sólo 11,000 millones de dólares fueron deducidos por obras caritativas, una proporción de 8%. La cantidad deducida debe ajustarse a la alza porque se limitaría por algunos regalos, como el donativo de 1,800 millones de dólares que Buffett hizo el año pasado a la Fundación Gates. Pero es difícil imaginar que esa recaudación de 11,000 millones de dólares crezca a 15,000 millones, pues esto significaría que los 400 contribuyentes más grandes darían 11% de sus ingresos a caridad.
¿Estaremos ignorando el panorama general? Podríamos imaginar que los más ricos construyen su valor neto durante toda su vida y después dicen en su testamento que todo va a obras de caridad. Desafortunadamente, la información fiscal estatal dice que esto no ocurre. El número de contribuyentes que pagó impuestos vía testamentaria en 2008 fue de 38,000 personas, y estos contribuyentes tenían 229,000 millones de dólares en bienes. Cuatro quintas partes de esos contribuyentes no heredó dinero para obras de caridad, y los 7,214 que lo hicieron donaron 28 millones de dólares. Eso es sólo el 12% del valor bruto de los 229,000 millones de dólares del total.
La información sugiere que hay una brecha entre lo que dan los muy ricos y entre lo que Gates y Buffett sugieren ser lo apropiado: el 50% del valor neto. ¿Cuánta gente rica les hará caso?
El evento principal de la campaña fue la primera reunión de multimillonarios en mayo de 2009, en La primera cena, si la quieren llamar así. Los Gates acreditan a Buffett por la idea básica: que un grupo de filántropos dedicados se reunieran para discutir las estrategias para pasar la voz.
La primera pieza documentada fue una carta escrita el 4 de marzo donde Buffett y Gates piden al patriarca de la filantropía, David Rockefeller, que sea el anfitrión de la cena. Rockefeller, de 95 años, dijo a Fortune que la invitación fue una sorpresa placentera. La sede fue la Casa Presidencial en la Universidad Rockefeller, en Nueva York. Su hijo, David Jr., de 68 años, lo acompañó.
El evento sería el martes 5 de mayo a las 3 de la tarde. Gates esperaba el evento con ansias, pues quería hacer una pausa de las vacaciones de tres meses que tomaba con su familia en Europa. Melinda se quedó allá con sus tres hijos, y no asistió a la primera cena pero sí a las siguientes. Los Gates consideran esta campaña como un proyecto personal, no de la Fundación Gates. Melinda insistió desde el principio que fueran invitadas las parejas, pues aunque los hombres hacían el dinero, ellas eran sus guardianas, y ellas apoyarían cualquier proyecto filantrópico porque las afecta a ellas y a sus hijos.
La carta de invitación, fechada el 24 de marzo, fue enviada a más gente de la que podría asistir, pero los asistentes tenían un valor neto de tal vez 130,000 millones de dólares. Patty Stonesifer y David Rockefeller Jr. se sentaron con otras 14 personas, comenzando con el Sr. Rockefeller, Buffett, y Gates. Entre los asistentes locales se encontraban el Alcalde Bloombert, tres Wall-Streetianos, "Pete" Peterson, Julian Robertson, y George Soros; y Charles "Chuck" Feeney, quien hizo su fortuna como dueño de Duty Free Shoppers y hasta ahora ha dado 5 millones de dólares mediante su fundación Atlantic Philanthropies. Cuando Feeney salió de la lista de Forbes 400, la revista explicó su salida con palabras que no siempre se emplean: "regaló un montón de acciones para caridad".
Entre los fuereños se encontraba Oprah, Ted Turner, dos parejas filantrópicas californianas, Eli y Edythe Broad, y desde Silicon Valley, John y Tashia Morgridge, que hicieron su fortuna con Cisco Systems.
Llegada la fecha todos se sentaron en torno a una mesa de conferencias, preguntándose qué pasaría. El mensaje salió de Buffet, cuyo sentido del humor hizo sentir cómodos a todos. Buffett hizo que el evento pasara de ser "muy sombrío" a muy "enorgullecedor"; habló de filantropía, describió a la reunión como "exploratoria" y después pidió a todos que describieran su filosofía de dar.
Se contaron 12 historias, de aproximadamente 15 minutos cada una, durante tres horas. David Rockefeller dijo que aprendió de la filantropía gracias a su padre y abuelo. Ted Turner contó la conocida historia de cómo decidió donar 1,000 millones de dólares a Naciones Unidas, y otras personas hablaron de las dificultades emocionales de dar mucho dinero. Otros temían que sus actos filantrópicos desprotegieran a sus hijos. Buffet recuerda haberse sentido como un psiquiatra.
Se habló de educación, cultura, hospitales y salud, ambiente, políticas generales, pobreza. Bill Gates, quien dijo que el evento fue "maravilloso", dijo que la diversidad de estadounidenses que donan es parte de su belleza.
Durante la cena, la conversación cambió para descubrir cómo hacer que los ricos donaran. Las ideas incluyeron reconocimientos nacionales, como medallas presidenciales, o una película o una guía filantrópica. No se habló de la promesa. Rockefeller hijo dijo que lo más importante era que el trabajo para lograrlo sería prolongado y muy personal.
Y claro que la cena predecía que habría un soplón: Chuck Feeney, y lo comentó todo a su amigo Niall O'Dowd, el gran publicador neoyorquino detrás del desconocido IrishCentral.com. El 18 de mayo, dos semanas después de la reunión, IrishCentral.com publicó un artículo de 14 párrafos cortos bajo el título "Reunión secreta de los más ricos se efectúa en Nueva York". La fama del sitio web creció y el resto de la prensa investigó al respecto.
El artículo mostró cierta confusión sobre el protagonismo de Rockefeller, pero proporcionó el nombre de todos los asistentes, excepto Feeney, claro, que no se dio cuenta de que eso luciría sospechoso. Pero al parecer fue citado anónimamente en la nota, quien dijo que Gates dio el mejor discurso de la noche y que Buffett no dejó de hablar de sus planes de cambio.
Después, Bill y Melinda Gates fueron anfitriones de una cena en Londres, y Bill dio otras cenas en India y China. Las recaudaciones filantrópicas en otros países son un reto especial porque la riqueza dinástica suele tomarse por sentado sin tomar en cuenta otras implicaciones. Pero si los Gates y Buffett tienen éxito en su campaña nacional, tal vez se contagie al extranjero.
Pero el verano pasó y los Gates y Buffett no habían ideado aún una campaña estructurada. En este vacío, la idea de la promesa volvió a tomar fuerza, y se realizaron más cenas, donde, como dijo Melinda, se lanzó la idea de la promesa para ver si volaría.
Durante la segunda y tercera cena en Estados Unidos (cuyos asistentes no han sido dados a conocer), asistieron magnates que han estado expuestos a la filantropía pero que se avergonzarían de ser identificados en caso de que opten por no participar en el reto.
Pero sí se conocen los nombres de algunos participantes de la segunda cena, que tuvo lugar en laBiblioteca Pública de Nueva York en noviembre del año pasado: el banquero de inversión Kenneth Langone y su esposa, Elaine, y H.F. "Gerry" Lenfest y su esposa, Marguerite, de Filadelfia. Lenfest hizo su fortuna cuando vendió su compañía de televisión por cable a Comcast en 2000, ganando 1,200 millones de dólares para él y su familia. Él prometió dar la mayor parte de su dinero a caridades. Ahora, a sus 80 años, ha donado 800 millones de dólares, sobre todo a escuelas a las que asistió.
El momento favorito de Lenfest de la cena fue cuando Buffett dijo que Marguerite Lenfest había tenido la gran idea de que todos los ricos debían pensar cuánto dinero querían dejar a su familia y decidir qué hacer con el resto. Lenfest dijo que "el valor de Buffett y Gates es que van a hacer que la gente se siente y lo piense bien".
En la tercera cena, en diciembre, en Menlo Park, California, en el hotel Rosewood Sand Hill, asistieron filántropos veteranos como el capitalista de riesgo John Doerr de Kleiner Perkins y su esposa, Ann, al igual que los Morgridges, que eligieron la sede. La cena fue distinta, según Melinda, porque algunas personas eran novatas en la riqueza y aún estaban creando su opinión sobre la caridad.
La cena también creó algunos temores: ¿los grandes regalos caritativos públicos podrían afectar la paz en nuestras vidas? ¿Cómo se harán aportaciones internacionales que suelen dar la sensación de estar tirando dinero a la basura? Los Gates saben que son miedos válidos, pero quieren que la gente sepa que hará donativos inteligentes. En las cenas, dice Gates, "nadie dijo que estaban dando más dinero del que debían dar".
La idea de la promesa "flotó" bien. Cuando llegó 2010, la promesa fue la estrategia. La idea de dar la mitad del valor neto salió del cielo pero nunca fue vista como un contrato legal sino como una obligación moral que debía tomarse muy en serio. La publicación se hará en givingpledge.org, supervisada por Melinda Gates. La promesa del 99% que hará Buffett muy probablemente será el principal documento en la página.
Los Gates y Buffett también buscaban apoyos fuertes. Entre los que ya se comprometieron con al menos la mitad de sus fortunas están los Broads, los Doerrs, los Lenfests, y los Morgridges. Con la publicación en línea de este artículo, los tres principales enviarán correos y llamarán a multimillonarios que son considerados prospectos. Pero después, todos los prometedores se unirán para enviar cartas a otros multimillonarios y hacer crecer al grupo. Para el otoño podría planearse la Gran Conferencia de Donadores.
La definición del éxito en esta idea podría tardar años, pero cada quién ha dado su parecer sobre la propuesta. Buffett sabe que todos los ricos han pensado qué hacer con su dinero. "Tal vez todavía no toman la decisión, pero sin duda lo han pensado. La promesa que queremos que hagan es que lo vuelvan a pensar". Agregó que "si esperan a hacer su testamento final a sus 90 años, las posibilidades de que tomen la decisión voluntaria será mucho menor".
Bill Gates dice que el 50% es muy poco para alentar a una participación fuerte. Cree que la gente podría caer en esa proporción y después podrían decidir dar una cantidad mayor. "Esto se trata de ir a lo grande, y tomará tiempo para que todo salga así".
Melinda Gates separa el corto y el largo plazo. Hay muchas razones por las que los ricos no dan, sobre todo porque tienen planes para su muerte y temen que necesitarán ayuda después, pero no quieren dedicar mucho tiempo a pensar en esto. El objetivo inicial de la campaña de promesa debe hacer que la gente cambie de parecer y piense en dar. "En tres o cinco años tendremos a un grupo significativo de multimillonarios a bordo de esta iniciativa, y eso será el éxito".
La sociedad no puede evitar ser un beneficiario aquí, al menos con algunos dólares, y con suerte, muchos. Y no sólo los ricos cambiarán de opinión sobre lo que implica una promesa de este tipo; también podría alentar a otros que tienen menos para dar, pero que de pronto tienen más motivos para pensar en los beneficios de lo que hacen.
Aunque la prensa se los pidió, Buffett y Gates no dieron explicaciones, pero eso no alejó el interés de los medios por saber qué ocurrió durante la reunión: The Chronicle of Philanthropy lo llamó algo "sin precedentes", ABC News y el Houston Chronicle lo llamaron "clandestino". Periódicos y estaciones de radio especularon al respeto, pero Patty Stonesifer, ex presidenta ejecutiva de la fundación Bill & Melinda Gates Foundation, combatió los rumores. Dijo alSeattle Times que el evento se trató de un grupo de amigos y colegas "que discutieron sus ideas" sobre la filantropía.
Y así fue, pero la discusión (que será descrita por primera vez en este artículo) tiene el potencial para cambiar drásticamente el comportamiento filantrópico de los estadounidenses, incluyendo las cantidades que donan. En la cena, Gates y Buffet dieron inicio a la mayor recaudación de fondos en la historia. Dieron la bienvenida a todo tipo de donadores, pero su objetivo directo son los multimillonarios, pues esperan que ellos donen enormes cantidades para obras de caridad. Pero su deseo no fue enmarcado matemáticamente en la cena, sino en otras dos: quieren que los personajes más ricos de Estados Unidos, comenzando con la lista de Forbes de Los 400 estadounidenses más ricos, prometan donar al menos el 50% de su valor neto a obras de caridad en vida o después de su muerte.
Sin duda, su plan podría elevar las cantidades que van a la filantropía, aunque el tamaño podría ser algo complicado de definir. Ésta es la primera vez que se da a conocer lo que Buffet, Melinda y Bill Gates intentan hacer: en los últimos meses, Fortune entrevistó a los tres líderes del proyecto mientras éste se desarrollaba, al igual que a un grupo de multimillonarios que se sumaron a la campaña Gates/Buffett.
En cierta forma, este artículo hace eco a otras dos historias de Fortune que presentaron a Buffett en la portada; la primera, publicada en 1986, se llamaba "¿Deberíamos dejar todo a los niños?" A eso, Buffet respondió "No". El segundo artículo, publicado en 2006 y bajo el título "Warren Buffett lo regala todo", dio a conocer la intención de Buffett por gradualmente dar toda su fortuna de Berkshire Hathaway a cinco fundaciones, la más grande de ellas, la fundación Bill & Melinda Gates Foundation.
Desde entonces, en cuatro años de contribuciones, Buffett ha dado a la fundación 6,400 millones de dólares, sin contar el regalo de 2010, que hará este verano. La fundación ha combinado los donativos de Buffett y los enormes regalos de los Gates para elevar su nivel de donar 3,000 millones de dólares al año, una gran parte para atender la salud de todo el mundo. Un ejemplo es Medicines for Malaria Venture, fuertemente financiada por la Fundación Gates; se alió con la compañía farmacéutica Novartis para desarrollar pastillas contra la malaria de sabor agradable y distribuirlas en 24 países a millones de niños, que son las principales víctimas de la enfermedad.
Otro hecho sobre el artículo de Buffett de 2006 es que fue escrito por mí, Carol Loomis, editora de Fortune. Además, llevamos una amistad de mucho tiempo y edito sus cartas anuales a sus accionistas. A través de él, mi esposo, John Loomis, y yo, conocimos a Melinda y a Bill Gates, e incluso nos hemos reunido para jugar canasta.
Entonces, la pregunta sobre lo que la filantropía podría ganar de la propuesta de Gates y Buffet es un misterio: no se sabe cuánto darán los estadounidenses más ricos. La mayoría de ellos no lo ha dicho, y no se pueden hacer cálculos. La lista Forbes 400, en un intento valiente, hace la mejor estimación tanto de los participantes como de su valor neto. Buffett dice que conoce a dos accionistas de Berkshire que deberían estar en la lista pero no ha sido así. Y como Gates lo resume: "la lista (de Forbes) es imprecisa".
Con esos calificadores, la revista dio a conocer el valor neto en 2009 de los integrantes de Forbes 400: cerca de 1.2 billones de dólares. Si esos 400 dieran la mitad de su valor neto en vida o después de su muerte, el total sería de 600,000 millones de dólares. Y esa es la cantidad colosal mínima que Buffett y Gates planean recaudar.
¿Quiénes asistieron a la cena?: De izquierda a derecha: Bill Gates, Oprah Winfrey, Warren Buffett, Eli and Edythe Broad, Ted Turner, David Rockefeller, Chuck Feeney, Michael Bloomberg, George Soros, Julian Robertson, John and Tashia Morgridge, Pete Peterso. (Imagen Cortesía de Fortune).
Dejando de lado a Forbes 400 y revisando el Servicio de Ingresos Internos de las aportaciones anuales y los impuestos estatales, podemos explicar lo lejos que están los ricos de esa cifra. Hablemos de los estadounidenses como grupo: Estados Unidos supera al resto de los países en generosidad filantrópica, pues anualmente hace donaciones de 300,000 millones de dólares.
Una parte de esa cantidad se reporta como deducciones caritativas en las declaraciones fiscales individuales, pero los contribuyentes con bajos ingresos no lo hacen por artículo sino que optan por hacer deducciones estándar. En los niveles de ingresos más altos, la información de donativos empieza a significar algo. La información más reciente disponible es de 2007: los 18,394 contribuyentes individuales que tuvieron ingresos brutos de 10 millones de dólares o más, informaron haber realizado aportaciones de caridad de 32,800 millones de dólares, o 5.84% de sus ingresos de 562,000 millones de dólares.
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¿Estaremos ignorando el panorama general? Podríamos imaginar que los más ricos construyen su valor neto durante toda su vida y después dicen en su testamento que todo va a obras de caridad. Desafortunadamente, la información fiscal estatal dice que esto no ocurre. El número de contribuyentes que pagó impuestos vía testamentaria en 2008 fue de 38,000 personas, y estos contribuyentes tenían 229,000 millones de dólares en bienes. Cuatro quintas partes de esos contribuyentes no heredó dinero para obras de caridad, y los 7,214 que lo hicieron donaron 28 millones de dólares. Eso es sólo el 12% del valor bruto de los 229,000 millones de dólares del total.
La información sugiere que hay una brecha entre lo que dan los muy ricos y entre lo que Gates y Buffett sugieren ser lo apropiado: el 50% del valor neto. ¿Cuánta gente rica les hará caso?
El evento principal de la campaña fue la primera reunión de multimillonarios en mayo de 2009, en La primera cena, si la quieren llamar así. Los Gates acreditan a Buffett por la idea básica: que un grupo de filántropos dedicados se reunieran para discutir las estrategias para pasar la voz.
La primera pieza documentada fue una carta escrita el 4 de marzo donde Buffett y Gates piden al patriarca de la filantropía, David Rockefeller, que sea el anfitrión de la cena. Rockefeller, de 95 años, dijo a Fortune que la invitación fue una sorpresa placentera. La sede fue la Casa Presidencial en la Universidad Rockefeller, en Nueva York. Su hijo, David Jr., de 68 años, lo acompañó.
El evento sería el martes 5 de mayo a las 3 de la tarde. Gates esperaba el evento con ansias, pues quería hacer una pausa de las vacaciones de tres meses que tomaba con su familia en Europa. Melinda se quedó allá con sus tres hijos, y no asistió a la primera cena pero sí a las siguientes. Los Gates consideran esta campaña como un proyecto personal, no de la Fundación Gates. Melinda insistió desde el principio que fueran invitadas las parejas, pues aunque los hombres hacían el dinero, ellas eran sus guardianas, y ellas apoyarían cualquier proyecto filantrópico porque las afecta a ellas y a sus hijos.
La carta de invitación, fechada el 24 de marzo, fue enviada a más gente de la que podría asistir, pero los asistentes tenían un valor neto de tal vez 130,000 millones de dólares. Patty Stonesifer y David Rockefeller Jr. se sentaron con otras 14 personas, comenzando con el Sr. Rockefeller, Buffett, y Gates. Entre los asistentes locales se encontraban el Alcalde Bloombert, tres Wall-Streetianos, "Pete" Peterson, Julian Robertson, y George Soros; y Charles "Chuck" Feeney, quien hizo su fortuna como dueño de Duty Free Shoppers y hasta ahora ha dado 5 millones de dólares mediante su fundación Atlantic Philanthropies. Cuando Feeney salió de la lista de Forbes 400, la revista explicó su salida con palabras que no siempre se emplean: "regaló un montón de acciones para caridad".
Entre los fuereños se encontraba Oprah, Ted Turner, dos parejas filantrópicas californianas, Eli y Edythe Broad, y desde Silicon Valley, John y Tashia Morgridge, que hicieron su fortuna con Cisco Systems.
Llegada la fecha todos se sentaron en torno a una mesa de conferencias, preguntándose qué pasaría. El mensaje salió de Buffet, cuyo sentido del humor hizo sentir cómodos a todos. Buffett hizo que el evento pasara de ser "muy sombrío" a muy "enorgullecedor"; habló de filantropía, describió a la reunión como "exploratoria" y después pidió a todos que describieran su filosofía de dar.
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Se habló de educación, cultura, hospitales y salud, ambiente, políticas generales, pobreza. Bill Gates, quien dijo que el evento fue "maravilloso", dijo que la diversidad de estadounidenses que donan es parte de su belleza.
Durante la cena, la conversación cambió para descubrir cómo hacer que los ricos donaran. Las ideas incluyeron reconocimientos nacionales, como medallas presidenciales, o una película o una guía filantrópica. No se habló de la promesa. Rockefeller hijo dijo que lo más importante era que el trabajo para lograrlo sería prolongado y muy personal.
Y claro que la cena predecía que habría un soplón: Chuck Feeney, y lo comentó todo a su amigo Niall O'Dowd, el gran publicador neoyorquino detrás del desconocido IrishCentral.com. El 18 de mayo, dos semanas después de la reunión, IrishCentral.com publicó un artículo de 14 párrafos cortos bajo el título "Reunión secreta de los más ricos se efectúa en Nueva York". La fama del sitio web creció y el resto de la prensa investigó al respecto.
El artículo mostró cierta confusión sobre el protagonismo de Rockefeller, pero proporcionó el nombre de todos los asistentes, excepto Feeney, claro, que no se dio cuenta de que eso luciría sospechoso. Pero al parecer fue citado anónimamente en la nota, quien dijo que Gates dio el mejor discurso de la noche y que Buffett no dejó de hablar de sus planes de cambio.
Después, Bill y Melinda Gates fueron anfitriones de una cena en Londres, y Bill dio otras cenas en India y China. Las recaudaciones filantrópicas en otros países son un reto especial porque la riqueza dinástica suele tomarse por sentado sin tomar en cuenta otras implicaciones. Pero si los Gates y Buffett tienen éxito en su campaña nacional, tal vez se contagie al extranjero.
Pero el verano pasó y los Gates y Buffett no habían ideado aún una campaña estructurada. En este vacío, la idea de la promesa volvió a tomar fuerza, y se realizaron más cenas, donde, como dijo Melinda, se lanzó la idea de la promesa para ver si volaría.
Durante la segunda y tercera cena en Estados Unidos (cuyos asistentes no han sido dados a conocer), asistieron magnates que han estado expuestos a la filantropía pero que se avergonzarían de ser identificados en caso de que opten por no participar en el reto.
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La idea de la promesa "flotó" bien. Cuando llegó 2010, la promesa fue la estrategia. La idea de dar la mitad del valor neto salió del cielo pero nunca fue vista como un contrato legal sino como una obligación moral que debía tomarse muy en serio. La publicación se hará en givingpledge.org, supervisada por Melinda Gates. La promesa del 99% que hará Buffett muy probablemente será el principal documento en la página.
Los Gates y Buffett también buscaban apoyos fuertes. Entre los que ya se comprometieron con al menos la mitad de sus fortunas están los Broads, los Doerrs, los Lenfests, y los Morgridges. Con la publicación en línea de este artículo, los tres principales enviarán correos y llamarán a multimillonarios que son considerados prospectos. Pero después, todos los prometedores se unirán para enviar cartas a otros multimillonarios y hacer crecer al grupo. Para el otoño podría planearse la Gran Conferencia de Donadores.
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Bill Gates dice que el 50% es muy poco para alentar a una participación fuerte. Cree que la gente podría caer en esa proporción y después podrían decidir dar una cantidad mayor. "Esto se trata de ir a lo grande, y tomará tiempo para que todo salga así".
Melinda Gates separa el corto y el largo plazo. Hay muchas razones por las que los ricos no dan, sobre todo porque tienen planes para su muerte y temen que necesitarán ayuda después, pero no quieren dedicar mucho tiempo a pensar en esto. El objetivo inicial de la campaña de promesa debe hacer que la gente cambie de parecer y piense en dar. "En tres o cinco años tendremos a un grupo significativo de multimillonarios a bordo de esta iniciativa, y eso será el éxito".
La sociedad no puede evitar ser un beneficiario aquí, al menos con algunos dólares, y con suerte, muchos. Y no sólo los ricos cambiarán de opinión sobre lo que implica una promesa de este tipo; también podría alentar a otros que tienen menos para dar, pero que de pronto tienen más motivos para pensar en los beneficios de lo que hacen.
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