Inmadurez
Por Federico Reyes Heroles
Los políticos mexicanos son una especie muy rara. Violentan hasta el sentido de supervivencia. Quizá por eso gozan de tanto descrédito. Un doloroso ejemplo: las cifras avalan que PRI y PAN, por sí mismos o en alianzas, están en posibilidades de llegar a la Presidencia en el 2012. Para el PRD el asunto se mira casi imposible. Es difícil imaginar una victoria de ese partido solo. Brincar del 12% al 35% sería un suceso extraordinario, más aún cuando se trata del partido que hoy presenta por mucho las mayores resistencias, es decir, el mayor número de mexicanos que afirman que nunca votarían por él. En fin, todo indica que el PRI o el PAN se sacarán la rifa del tigre: gobernar a un país de más 110 millones de habitantes con muchas necesidades.
El sentido común indicaría que esos dos partidos deberían de coincidir en el deseo de encontrar el buque en las mejores condiciones para la travesía del 12 al 18. Ambos partidos deberían estar luchando por todo aquello que les permita tomar el timón de un estado fuerte para embestir las tormentas del narco, de la caída competitividad, del desempleo, de la pobreza extrema, de la falta de inversión en infraestructura -caminos, puentes, puertos, aeropuertos-, de las múltiples necesidades en educación sobre todo media superior y universitaria, de la ridícula inversión en ciencia y tecnología que limita nuestro futuro, de la caída de la producción petrolera, etcétera, etcétera. Las necesidades son muchas pero sobre todo los recursos son pocos. El Estado mexicano es un Estado pobre.
Un Estado pobre difícilmente puede romper el círculo vicioso del subdesarrollo. Porque tenemos deficiencias en educación básica la mano de obra es poco calificada y la productividad declina. Porque invertimos poco en infraestructura los costos de operación son más altos en México y por ello la competitividad no asciende. Porque invertimos poco en educación superior, ciencia y tecnología, no se generan los conocimientos y las patentes que son el nuevo venero de la riqueza.
Pero, ¿por qué es pobre el Estado mexicano? Lo es por varios motivos. Es cierto que gastamos mal. Las ineficiencias y deformaciones del gasto son escandalosas. El subsidio al sector eléctrico por ejemplo le ha costado al país en los últimos años tres veces lo que se ha invertido en Oportunidades o 20 veces el presupuesto de la UNAM. En los países de la OCDE la nómina se lleva alrededor de 50%; en México es casi el 80%. La nómina en educación es casi el 90% del gasto, para inversión queda muy poco. Allí hay mucha tela de dónde cortar.
Pero el Estado mexicano es pobre sobre todo porque recaudamos muy poco. No soñemos con una recaudación como la de Dinamarca: 47% del PIB. Pero algo razonable es el promedio de los países de la OCDE que recaudan 27% de su producto. México recauda alrededor del 15%. Pero allí no acaba el problema, de ese porcentaje por lo menos cuatro puntos provienen del petróleo. O sea que la recaudación sin petróleo ronda el 10%. De nuevo allí no acaba el problema, la producción petrolera tardará en recuperarse, siendo optimistas, varios años. O sea que quien gobierne del 12 al 18, si no hace nada, tendrá un estado todavía más pobre que el actual. Pero no sólo salimos mal comparados con los integrantes de la OCDE. CEPAL advirtió hace poco del retroceso fiscal de México (2000-2008) comparado con otros países del área: Brasil pasó del 30% al 35%; Argentina del 21.5% al 30.6%; Chile está en alrededor de 20%; Colombia en 18% o Ecuador 16.5%.
La holgazanería fiscal proviene de los tres órdenes de gobierno. Los países desarrollados recaudan entre tres y cuatro puntos del PIB por predial; México sólo 0.2%. El impuesto madre de los municipios está archivado. Así que a estirar la mano y buscar recursos estatales y federales. Pero los estados tampoco recaudan: 80% de sus recursos previenen de la Federación y la opacidad de su gasto es, en la mayoría de los casos, monumental. Así que a estirar la mano y buscar recursos federales. Pero la Federación ha vivido de la droga petrolera. Para comenzar se calcula que la evasión ronda el 30%. Se considera que el 15% es el máximo tolerable. En impuestos al consumo los países de la OCDE recaudan casi el 8%, México alrededor del 2%. En impuestos al ingreso el promedio de la OCDE es 12%, en México el 5%. Los "esquemas especiales" le cuestan al fisco más de 5 puntos. Los hoyos del IVA otros dos. La suma de fugas rondan los 15 puntos. Así no se puede.
Cualquiera que sepa sumar comprenderá que México crece poco y se está tardando demasiado en enterrar la pobreza por el populismo y la irresponsabilidad fiscal de nuestros gobernantes. ¡Ahora resulta que el PRI quiere bajar el IVA un punto, 35 mil millones de pesos menos! El equivalente a tres grandes presas. Si tuvieran sentido de supervivencia, PRI y PAN deberían aprobar, de manera conjunta, una reforma hacendaria progresiva. Así no habría "costo político". Seguir igual es perpetuar la pobreza. Ése es el resultado de su inmadurez.
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