domingo, 10 de abril de 2011

Prestar dinero a los pobres, insta Lula a los bancos de México



Magdalena Cisneros


El ex presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, instó a los banqueros a dar créditos a los pobres, porque son buenos pagadores, y abogó por la participación privada en la construcción de obras públicas porque dijo que es un “tabú” que sólo el Estado pueda hacerlas.
Lula da Silva afirmó que México no debe tener miedo de asociarse con la iniciativa privada para impulsar al sector energético, y expresó que pedía “a Dios que Pemex y Petrobras se entiendan juntos”.
“Ustedes que trabajan en los bancos saben bien que el pueblo pobre suele pagar sus deudas, porque el único patrimonio que él tiene es su nombre y su rostro y tiene pena, tiene vergüenza si no paga su deuda. Así que no tengan miedo de prestarle dinero a los pobres, porque la solvencia de dos mil pobres es menor que la de solamente un rico que a veces toma dinero prestado y no lo devuelve”, dijo.
El ex presidente de Brasil participó en la 74 Convención Nacional Bancaria con la conferencia “Desafíos globales para la resolución de la crisis financiera internacional y la experiencia de Brasil”.
En la sesión de preguntas, le preguntaron sobre los requisitos que favorecen con certeza proyectos de largo plazo, y respondió que en Brasil hay muchas concesiones en carreteras y que a los usuarios no les interesa si es público o privado sino que los traten con dignidad.
Mencionó las políticas de concesiones y criticó a quienes conciben que se hagan a un lado proyectos porque se piensa que el Estado debe hacerlos, cuando podrían establecer alianzas.
Ejemplificó que en Brasil van a concesionar el aeropuerto, pero indicó que el espacio aéreo es del Estado, y que él está a favor de este proyecto.
Lula dijo que “son tabúes” que hace 50 años era imposible discutir porque había una fuerte carga ideológica.
Dijo que en caso de no haber condiciones, el proyecto se cancela y el Estado retoma la propiedad.
Durante su ponencia recordó que perdió tres elecciones como candidato a presidente de Brasil, y que había quienes decían que nunca más debería postularse; sin embargo dijo que más preparado y con el aprendizaje de las derrotas construyó una alianza política que lo llevó al triunfo.
Afirmó que como sabía que cuando concluyera su mandato volvería a su casa, no podía equivocarse en gobernar. “Yo entendía claramente que si un metalúrgico elegido como presidente no diera buenos resultados, nunca más un trabajador podría postularse como presidente”, expresó.
Lula destacó que él cambió su patrimonio político, su credibilidad política por una necesidad de hacer un ajuste, recuperar la credibilidad interna y externa y al mismo tiempo crear las condiciones para que en el futuro se pudiera crecer y tener responsabilidad en el mundo.
Indicó que cuando fue presidente se percató que era necesario que Brasil diversificara sus relaciones comerciales, porque no podían sólo depender de Estados Unidos o Europa.
Sostuvo que “México necesita mirar hacia Brasil y Brasil necesita aprender a mirar hacia México. Y en lugar de vernos como competidores, tenemos que vernos mutuamente como aliados para disputar mercados, como otros que son más fuertes que Brasil y México”.
Mencionó que la diversificación de aliados comerciales garantizó a Brasil que cuando llegara la crisis, él pudiera decir que “la crisis en Brasil sería solamente una pequeña ola y no una crisis como sucedió en Estados Unidos y Europa”.
Agregó que después de diversificar sus alianzas decidió emprender otros retos para gobernantes y políticos en Brasil, como el crecimiento de las exportaciones y el fortalecimiento del mercado interno.
“Algunos decían que cuando el mercado externo aumentara o creciera nosotros tendríamos que reducir el mercado interno, este era uno de los tabúes, el otro era imposible aumentar salarios sin que aumentara la inflación al mismo tiempo. Nosotros rompimos esos dos paradigmas, esos dos tabúes, creció el mercado interno y al mismo tiempo crecieron las exportaciones”, relató.
El dos veces presidente de Brasil destacó que durante los ocho años de su gobierno todos los trabajadores y los sindicatos aumentaron sus salarios mínimos, en un 60 por ciento, y que la inflación sigue controlada y el mercado interno sigue creciendo.

Apoyo a la gente, no sólo puentes y carreteras

El ex presidente resaltó que también cambió el discurso de que no podía haber distribución de recursos mientras había crecimiento económico, e indicó que una de sus primeras acciones fue un programa de canasta familiar, cuando esperaban que hiciera carreteras o puentes.
“Muchos me criticaron que estaba haciendo una política populista y que debería hacer puentes, carreteras, pero también quise permitir que la gente, el segmento más pobre de la población, pudiera comer las calorías y las proteínas necesarias para la vida y que pudieran ellos construir esos puentes”, dijo.
Sostuvo que no se arrepiente de haber hecho esas alianzas y que sabe que Brasil ha ganado con todas.
También destacó que su gobierno creó la modalidad de crédito en el que el trabajador da como garantía su nómina, descontando como límite el 30 por ciento del salario para que no se agote el dinero al trabajador, y que hoy día se tiene un crédito consignado de 80 mil millones de dólares.
Indicó que en su país el pobre no sólo entraba al banco para recibir su salario o jubilación sino para recibir préstamos, como fue cuando el Banco Nacional de Desarrollo Social prestó 200 millones de reales a los recogedores de materiales reciclables de Sao Paulo para que formaran su cooperativa.
Dijo que “no fue Bill Gates ni Carlos Slim ni el dueño de la General Motors, quien hizo la mayor capitalización de la historia de la humanidad. La mayor capitalización no se hizo ni en la Bolsa de Valores de Nueva York ni en Frankfurt. Esa se hizo con 70 mil millones de dólares de la Petrobras, la empresa hecha en la Bolsa de Valores de Sao Paulo”.
En el caso de Petrobras, afirmó que se rompió el monopolio, que hubo cambios en la Constitución y se transformó en una empresa de economía mixta.
Dijo que “yo soñaba que Petrobras y Pemex, sin renunciar a sus características y nacionalidad, pudieran unirse quizá para construir otra empresa para explorar otros mercados del mundo, un mercado cada vez más competitivo”.
Insistió en la importancia de que empresarios brasileños y de México se reúnan para que conozcan y aprendan a construir alianzas, porque no se debe permitir que todas las inversiones se vayan para China.
Lula da Silva afirmó que el problema en el mundo es la decisión política, que en México saben que parte de la violencia no ha surgido ahora sino en la cantidad de tiempo en que los pobres no fueron tratados bien, y ejemplificó que en Brasil sacaron a 28 millones de personas de la pobreza extrema.


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