El decálogo para la reforma política presentada por el presidente de la República tuvo una difícil prueba en el Senado porque ayer, en el arranque de su análisis para su viabilidad, fueron más los cuestionamientos que los reconocimientos por parte de autoridades, académicos y especialistas en materia electoral. Sin la presencia de algún representante del Instituto Federal Electoral (IFE), quienes participaron en estas mesas de análisis coincidieron en señalar que el sistema político de México "sufre una crisis" y es necesario realizar diversos cambios, pero todas deben ser acordes con lo que hoy se vive en el país, sin olvidar la globalización. La reelección fue bien recibida por los ponentes porque de esta manera se tendrían legisladores más profesionales; la segunda vuelta fue muy cuestionada; la reducción de legisladores generó división de opiniones; las candidaturas independientes pidieron que fueran bien analizadas y señalaron que la revocación de mandato era algo necesario. La magistrada presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), María del Carmen Alanís Figueroa, fue la primera en participar en esta valoración de la propuesta del Ejecutivo y dejó una advertencia: "El tema de la justicia electoral está ausente en la mayoría de las iniciativas que se han presentado al Poder Legislativo." Alanís Figueroa advirtió a los legisladores y todos los académicos que ya sea el más mínimo cambio en materia electoral, éste tiene efectos jurídicos porque lo principal era tutelar los derechos políticos de los ciudadanos. Una vez hecha la observación, la magistrada presidenta comentó que durante la valoración de esta iniciativa se deben tomar en cuenta varios factores, como la manera de fiscalización y reglamentación de las candidaturas ciudadanas; el periodo que se daría para realizar una segunda vuelta y si en el primer resultado se le daría constancia de mayoría a quien resultara ganador y de qué manera se le darían más facultades a los ciudadanos para poder impugnar algunas resoluciones electorales. Jorge Alcocer, quien fuera uno de los principales creadores de la pasada reforma electoral, dijo que la propuesta tenía inconexiones, sobre todo porque en México existen diversas visiones del régimen de gobierno. Puso como ejemplo el caso de la segunda vuelta en una elección; el académico consideró que de aprobarse se podría generar un clima de polarización dentro de la sociedad, "no hay que despertar al tigre". Esto fue respaldado por José Antonio Crespo, ya que desde su punto de vista esto no le daría una mayor legitimidad de gobierno, y preguntó: "Qué pasará con quien quede en tercera vuelta, a quién apoyará." Ir a una segunda vuelta podría generar más inconformidad entre los electores y no le daría mayor legitimidad a quien ganara la elección. El excanciller Jorge Castañeda se pronunció a favor de las candidaturas independientes y dijo que a pesar de las dificultades para regular esta nueva figura, con voluntad política ello se puede solucionar. Durante la segunda mesa de trabajo, dirigida a la reforma del Poder Legislativo, el exconsejero presidente del IFE José Woldenberg manifestó que estaba de acuerdo con la propuesta de disminución del número de legisladores, pero en este caso deberían revisarse detalladamente la composición y representación de los partidos políticos. Miguel Ángel Granados Chapa y María Amparo Casar compartieron esta posición porque así se disminuirían mucho los costos económicos y se podría mejorar el trabajo parlamentario. Sin embargo, la representación de los partidos políticos sería algo que debería estar reglamentado para evitar una hegemonía partidaria.
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